Muchos son los comentarios, noticias y opiniones que cada vez más resuenan sobre los riesgos que supone para la salud de las personas la exposición de la luz azul, (blue light hazard), este término representa el riesgo de daño ocular real y su influencia en el bienestar de las personas.

El (blue light hazard) se utiliza solo cuando se considera la luz un riesgo para el ojo, a causa de una exposición directa con fuentes brillantes como son el sol.

La palabra «azul» se incluye en la definición porque el riesgo de daño fotoquímico depende de la longitud de onda, teniendo en cuenta el máximo en el rango azul del espectro de Radiation Protection, (ICNIRP), una función de peso dependiente de la longitud de onda.

No hay evidencia de ningún efecto adverso en la salud de seres humanos producido por exposición ocasional a la radiación óptica en los límites de exposición citados.

Debemos diferenciar las  lámparas que emiten una luz fría, emitiendo una alta temperatura de color, por lo tanto tienen una proporción de luz azul mayor que las lámparas que emiten una luz cálida o de menor temperatura sobre el color.

La proporción de luz azul más peligrosa se encuentran en las lámparas incandescentes y lámparas led utilizadas para la iluminación general.

Según los estudios ¿existe peligro para la salud?

 

 

Varios estudios experimentales han demostrado que no existe peligro o riesgo a la exposición de la luz azul siempre que no sobrepasen las condiciones que marcan las normativas. Además los niveles de exposición son, a menudo, menores que los experimentados mirando al cielo azul.

De esta manera se han realizado varios estudios experimentales para evaluar cuanto de perjudicial para la salud es altos niveles de exposición a la luz blanca.

Es fundamental indicar que una fuente de luz blanca que emita luz azul a niveles que se encuentran casi rozando los limites produciendo un efecto brillante, provocando deslumbramiento y que son  instaladas en ambientes poco habituales. Teniendo en cuenta que psicológicamente la iluminación con una alta temperatura de color se percibe por la mayoría de las personas como desagradable e incómoda, especialmente en la iluminación doméstica.

Se sabe que durante una situación de iluminación normal experimentamos exposiciones transitorias a altos niveles de luz, y podemos tener muchas de esas exposiciones por día. Sin embargo, la acumulación de estas exposiciones durante el día no supondrá exceder los límites aceptables de exposición.

La CIE considera que el BLH no es importante para las fuentes de luz blanca utilizadas en el alumbrado general, incluso para aquellas que están enriquecidas en el espectro azul; sin embargo, se aconseja precaución para las posibles circunstancias que puedan ocurrir durante muchos días, si la exposición continua a la radiación óptica se aproxima al límite de exposición del BLH. De hecho, ese nivel de exposición debe evitarse. Tal exposición es poco probable para fuente de luz blanca, pero puede ser posible con fuentes que emitan principalmente luz azul.

También se debe tener en cuenta que la utilización de fuentes que emiten, principalmente luz azul puede ser perjudicial para los niños. Incluso si no se excede el límite de BLH, tales fuentes pueden ser demasiado brillantes para los jóvenes.

Por esta razón, no se recomienda la utilización de lámparas indicadoras o de señalización azules para dispositivos que puedan estar expuestos en niños. Cuando se utilicen fuentes de luz azul en dichos objetos o dispositivos,  la luz azul debe reducirse por un factor de 10.

El término «blue light hazard» no se debe utilizar cuando se hace referencia a la interrupción del ritmo circadiano o al trastorno del sueño. Sin embargo, la CIE reconoce que hay una preocupación pública por las influencias no visuales de la luz azul en la salud de las personas, ya ha emitido una declaración de posicionamiento sobre el tema.

Fuente: CIE